Palabras de Su Majestad el Rey en la Apertura del Curso Escolar 2014-2015
Extracto del discurso.-Hacemos nuestras las palabras dirigidas a: Pereiro de Aguiar (Ourense), 16.09.2014
La educación no solo es un derecho fundamental; es también el mejor instrumento de desarrollo personal que podemos ofrecer a nuestros niños y jóvenes.
Una educación de calidad es, por tanto, clave para que nuestros hijos adquieran los conocimientos y valores indispensables con los que labrarse un futuro de provecho y bienestar. A través de la formación se obtienen las aptitudes y capacidades que proporcionan las herramientas para abrirse camino en la vida; también se adquieren los principios y valores que hacen que las personas se comprometan más con la sociedad en la que viven. En última instancia, esos valores que se consiguen e interiorizan gracias a una educación integral, en la que participan la familia y la escuela, conforman esos cimientos fundamentales sobre los que se desarrolla toda sociedad libre y próspera.
Por todo ello, tenemos la enorme responsabilidad de hacer lo posible para mejorar continuamente la educación que les damos a nuestros niños y jóvenes.
Necesitamos una educación que forme, invariablemente, españoles abiertos al mundo y preparados para desenvolverse en entornos complejos y competitivos dentro y fuera de nuestras fronteras, porque nuestro ámbito de actuación en la actualidad ya no es solo nuestra localidad o nuestro país, sino, Europa, y muy a menudo, el mundo entero.
Queridos alumnos, profesores, autoridades educativas y familias.
En esta primera inauguración del Curso Escolar a la que acudimos desde mi proclamación como Rey, quiero dirigiros algún otro mensaje más:
Primero a vosotros, los estudiantes. Los niños y jóvenes de este colegio, como los de toda España a los que hoy representáis, tenéis la responsabilidad de aprovechar al máximo vuestro tiempo en la escuela. Asistid a clase y aprended, esforzándoos siempre. Lo que está en juego, en primer lugar, es vuestro propio futuro, vuestro pleno desarrollo personal y social. Cada año que dedicáis a aprender, a estudiar, es un año en el que avanzáis hacia un porvenir mejor para vosotros y para aquéllos con quienes compartiréis vuestras vidas.
Quiero también deciros que valoréis a vuestros maestros como bien merecen. Su tarea es verdaderamente difícil. Ellos ponen lo mejor de sí mismos para transmitiros conocimientos y valores que necesitaréis siempre. Y os pido igualmente que os ayudéis entre vosotros, sin excluir a nadie. En estas primeras etapas de vuestra vida escolar estáis aprendiendo a vivir en sociedad: a conocer y respetar la diversidad, la importancia de la solidaridad, a dialogar, a respetar las normas, a escuchar.
Ahora quiero dirigirme especialmente a los maestros, a los profesores. Nunca agradeceremos bastante vuestra labor, implicación y esfuerzo, vuestro compromiso y responsabilidad con los alumnos y sus familias. Tenéis en vuestras manos, en gran medida, el futuro de muchas personas a las que ayudáis a construir su mejor porvenir. Enseñáis a los niños y jóvenes pero, sobre todo, formáis personas. Todos os debemos un reconocimiento y una gratitud que a veces resulta difícil expresar con palabras.
En mi reconocimiento incluyo, por supuesto, a los directivos y a todo el personal que, con su trabajo, contribuye día a día a hacer posible la labor formativa de los hombres y mujeres del mañana.
Y me dirijo por último a los padres, a las familias, parte esencial del proceso formativo. Vuestro (nuestro) ejemplo y estímulo se encuentra en la base de la educación integral que deben recibir nuestros hijos. La educación es tarea de todos y comienza, sin duda, en el seno familiar.
Aquí el discurso en su totalidad
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